Internet gratuito por todo el mundo, ¿Cómo funcionará?

Dos grandes cambios globales van a cambiar las comunicaciones a escala global: la llegada del 5G y la instalación de múltiples microsatélites en órbita terrestre. El objetivo final es el mismo: crear una manta de ondas electromagnéticas que ofrezcan conexión permanente a Internet. Internet estará en el aire de una forma mucho más completa que las conexiones limitadas de hoy: redes 4G, televisión terrestre o radio FM, por ejemplo. Internet estará en el aire como lo está el nitrógeno y el oxígeno.

Docenas de satélites nuevos puestos en órbita, por gobiernos y entidades privadas, de forma simultánea ya están siendo desplegados. Se llaman microsatélites, o cubesats. Su tamaño es menor que el de un balón de fútbol en algunos casos, incluso llegando hasta los 50 o 60 centímetros de diámetro, pero también los habrá de apenas 10 o 15 centímetros.

Miles de satélites están siendo puestos en órbita para ofrecer conexión a cualquier dispositivo en cualquier lugar

Los despliegues son cada vez más comunes, y los satélites empiezan a apilarse en la órbita. Muchos serán parte de estas nuevas redes ultra amplias y ultra baratas de comunicaciones: meros repetidores de las señales en la superficie que emitirán y recibirán información de forma constante durante sus cortos periodos de vida de apenas unos años. Esta “obsolescencia” no es tanto un error o una limitación como una característica diseñada de antemano: en cinco años la tecnología existente será mucho mejor, así que sus gestores los dejarán arder reentrando en la atmósfera antes de que acaben convertidos en charra espacial.

La primera semana de diciembre, Astrocast ha lanzado un despliegue inicial de 64 satélites, una red de ‘nanosatélites’ para el Internet de las cosas. Una vez en órbita, sus sistemas podrán comunicarse múltiples veces al día con millones de puntos de contacto en todo el mundo. Desde termostatos a estaciones meteorológicas, boyas en mitad del océano, sensores de movimiento en medio del bosque o cualquier dispositivo capaz de contar con una antena del tamaño de una moneda.

Hay múltiples proyectos de conectividad global, como Starlink de la SpaceX de Elon Musk, que tiene licencia para operar una decena de miles de satélites. Pero también estarán Telesat y LeoSat que crearán sus propios enjambres. Todos estos satélites se comunicarán entre ellos para mantenerse sincronizados en un baile constante que les haga compartir datos de forma rápida.